A medida que el mundo entero se enfrenta a la angustia causada por la pandemia del COVID-19, no perdamos de vista lo bueno que ha surgido a pesar de esta grave crisis de salud pública.
Si bien el personal clínico de todo el mundo permanece en primera línea tratando a los pacientes, los esfuerzos comunitarios están ayudando a llegar más allá de las paredes de los hospitales y brindar un apoyo mutuo durante este momento crítico de necesidad. Ahora, más que nunca, la salud pública nos llama a unirnos, a ser uno, por un bien común, a la vez que nos aseguramos de mantenernos seguros y saludables.
Como especialista en salud comunitaria para un sistema médico universitario en Maryland, he sido testigo del flujo de apoyo comunitario de organizaciones locales y miembros de la comunidad. Por ejemplo, desde que se emitió el cierre de escuelas y la orden de quedarse en casa, la inseguridad alimentaria ha aumentado en todo el país. Aunque estas medidas ayudan a mantener a nuestras familias seguras, muchos niños en nuestras comunidades dependen de las comidas diarias que se ofrecen en las escuelas. Disminuir el impacto de la inseguridad alimentaria, agravada por la pandemia, se ha convertido en una prioridad para muchas organizaciones locales.
Para satisfacer esta necesidad, los sistemas de las escuelas públicas han estado distribuyendo comidas para el desayuno, el almuerzo y la cena de lunes a viernes. Sin embargo, la necesidad de comida no se detiene entre semana. Para abordar esto en mi comunidad, los bancos de alimentos locales y otros programas de alimentación y nutrición han estado trabajando incansablemente para aumentar su capacidad y entregar comidas a los niños y sus familias durante los fines de semana.
Las mismas organizaciones también distribuyen comidas a los residentes de la tercera edad y amplían sus horas de banco de alimentos para ayudar a llenar el vacío. Esto garantiza que los miembros de nuestra comunidad que viven en hogares de bajos ingresos (o aquellos que experimentan dificultades financieras significativas debido al cierre por el COVID-19) tengan acceso a alimentos. Ofrecer algunas comidas ayuda a las personas a reservar algunos de sus recursos para otras necesidades fundamentales, como pagar el alquiler, las facturas de servicios públicos y pagar medicamentos esenciales.
Los miembros de la comunidad de todas las edades y estilos de vida también se han motivado para donar sangre ya que la Cruz Roja Americana ha experimentado una ola de cancelación de las campañas de donación de sangre y reducción significativa de estas. Abordar la escasez de sangre ayuda a los pacientes que necesitan cirugías o que son víctimas de accidentes automovilísticos y otras emergencias. Para ayudar a satisfacer esta necesidad crítica de salud pública, las comunidades han coordinado, en cuestión de días, campañas de donación de sangre de última hora que se han llenado de voluntarios, muchos de los cuales son donantes por primera vez.
Además, las organizaciones religiosas y los hoteles han ofrecido sus instalaciones para aumentar la capacidad de los hospitales para tratar pacientes en caso de un aumento repentino; las empresas locales de alimentos están entregando comidas empacadas individualmente para los trabajadores de la salud; EMS y los departamentos de policía muestran su gratitud a los trabajadores de la salud con desfiles por los hospitales; ¡Los miembros de la comunidad están ofreciendo su tiempo y esfuerzo para fabricar tapabocas, protectores faciales y otros equipos de protección personal para proteger a nuestros trabajadores clínicos, y mucho más!
Si bien por lo general se nos pide que permanezcamos juntos, ahora se nos pide que nos mantengamos separados. Por lo tanto, en el ámbito de la salud pública, existe un impulso para un cambio en el lenguaje que estamos utilizando. En lugar de hablar de distanciamiento social, deberíamos referirnos al distanciamiento físico, pero manteniendo la solidaridad social. Debemos recordar estar conectados al tejido emocional de nuestras vidas, apoyarnos en nuestras conexiones, tanto entre nosotros como en nuestro interior. Así, aquí les comparto algunas maneras en que las podemos unirnos y lograr un impacto significativo durante este tiempo de crisis:
- Quedarse en casa, pero mantener las conexiones sociales y estar en contacto con sus seres queridos por medio de llamadas telefónicas o videollamadas
- Donar a su banco o despensa de alimentos local
- Donar sangre en el banco de sangre de su localidad
- Ayudar a hacer tapabocas caseros, protectores faciales u otro equipo de protección personal para donar a centros de salud locales
- Ser voluntario en los equipos de entrega de alimentos a domicilio u otros programas que entregan comidas a miembros de la comunidad confinados en su hogar
- Escribir tarjetas o cartas para enviar a los trabajadores de salud de su localidad
- Apoyar a los negocios locales comprando tarjetas para retirar comida, pedir a domicilio o de regalo para usar en un futuro
- Meditar todos los días y participar en otras prácticas de conciencia plena con amigos y familiares
Aunque el mundo entero se enfrenta a tiempos difíciles e inciertos, ¡recuerden que todos estamos juntos en esto!
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